lunes, 29 de abril de 2013

Bob Sponge Cupcakes

  Ya os conté que este año no habría tarta para el cumple de mi niño porque el sitio donde lo celebraba no me dejaba llevarla, y que había pensado preparar otra sorpresa. Pues ésta fue, me presenté en el cole a la hora de comer con un montón de cupcakes, con su stand y todo.


  Es que si lo deseamos podemos comer ese día con ellos. Y no podéis imaginar el revuelo que armamos en el comedor. Yo llevaba para la clase de mi hijo y unas cuantas más por si las moscas, al final fueron 3 docenas.

  Yo creo que los profes debieron acordarse de toda mi familia, porque convertí la hora de comer en un caos, todos se acercaban a verlas y a ser posible a pillar alguna. Eso sí, debo confesar que a nosotros nos resultó divertidísimo ver a todos los chiquillos allí arremolinados y como locos.


  Y teníais que ver a mi hijo..., lo pasó tan bien..., estaba tan nervioso... Solo por eso mereció la pena, porque entre las galletas y los cupcakes fue una verdadera fiesta para él porque verdaderamente se sintió el protagonista. Sus amiguitos venían a preguntarle si podían coger alguna, y por supuesto, él los animaba a que se las comieran.


  Los críos que son tan agradecidos venían a decirme que les habían encantado las galletas o los cupcakes, o las dos cosas, lo que me pude reír: "Mamá de Cisco, estaba güenízimo", con esa cara de pillos y las bocas azules por culpa del frosting.


  Y los de la clase de Rafa emocionados cuando les dije que el mes que viene que es el cumple de Rafa volveríamos a repetir y que serían exclusivamente para ellos. Fue un desmadre total, pero los niños lo pasaron la mar de bien y nosotros no nos quedamos atrás, apenas comimos y salimos sudando, casi no nos dejaban irnos, pero fue una experiencia que no olvidaremos jamás, y creo que mi hijo tampoco.


  Y es que los niños saben sacarle partido a todo, ya en la celebración del cumple por la tarde era para ver lo que nos reímos todos, padres e hijos, cuando comenzaron a colocarse unos bigotes postizos que se me ocurrió meter en las bolsas de chuches, los padres no paraban de hacer fotos porque era digno de ver.

  Y ya lo que hizo que me derritiera del todo fueron unas palabras de mi hijo mayor, que claro, habiendo vivido el cumple de su hermano ya sabe lo que esperar del suyo porque hasta se va a celebrar en el mismo lugar (que por cierto, estuvo genial): "Mamá, eres una artista..." Y no se refería sólo a las galletas y a los cupcakes, sino a todo en general, le encantaron todos los jaleos que organizamos para ese día, y aunque sabe que su padre es mi cómplice, también es consciente de que soy yo la que planea y maquina toda la historia.

  La receta es muy sencilla, mi  hijo me pidió que los hiciera de fresas, así que me decanté por unos de vainilla a los que añadí una pasta de fresas, eso sí la masa es muy tierna y jugosa. Y el frosting tenía que ser también simple, son  niños, y no se puede complicar mucho el tema porque siempre hay alguno más delicado, así que decidí que fuera nata con algo de colorante azul intenso de Wilton.

  Ingredientes:

* 1/4 taza de mantequilla sin sal, a Tª ambiente.
* 1 taza de azúcar.
* 2 huevos grandes.
* 1/3 taza de crema agria.
* 1/4 taza de aceite vegeta (yo lo utilicé de girasol).
* 2 cucharadas de extracto de vainilla.
* 1+3/4 tazas de harina para repostería.
* 1+1/2 cucharaditas de bicarbonato sódico.
* 1/2 cucharadita de sal.
* 2/3 taza de leche.


  Preparación:

- Precalentamos el horno a 175ºC.

- En un bol grande, mezclamos la mantequilla y el azúcar hasta que esté suave y esponjoso.

- Agregamos los huevos, uno a uno, batiendo bien después de cada adición.

- Ahora sin dejar de batir añadiremos la crema agria, el aceite vegetal, y el extracto de vainilla (yo ahí añadí también añadí la pasta de fresa).

- En este momento toca agregar poco a poco la harina (tamizada junto con el bicarbonato, la levadura y la sal), sin dejar de batir.

- Y por último verteremos la leche mientras seguimos batiendo, hasta que la masa sea homogénea y suave.

- Repartimos la mezcla entre los moldes y horneamos durante unos 15-20 minutos.

  Para rematar unos non parelis azules y estas caritas de Bob Esponja impresas en papel de azúcar que encantaron a los niños.


  Pues así fue nuestro día de cumple, Cisco disfrutó como corresponde a un chico que alcanza ya sus 8 añazos y tuvimos la suerte de poder compartir esa alegría con todos sus compis de clase, no se puede pedir más.

miércoles, 24 de abril de 2013

Pirate Decorated Cookies

  Ya os dije hace un par de entradas que el blog arrancaba de nuevo, y para que veáis que no miento, aquí una nueva entrega, en esta ocasión con motivo del octavo cumpleaños de mi pequeñín. Os comentaba la entrada anterior que prepararles cosas a los críos me motiva muchísimo.


  Y es verdad, si hasta alguno sabiendo que se celebraría el viernes ya empezó a preguntarme que qué iba a preparar este año, qué puede haber mejor que esas caritas ilusionadas.


  Algunas ya sabéis que Cisco es un fan incondicional de los piratas, así que año tras año vamos haciendo algo especial con ellos, ya son un clásico en mi casa. Este andaba un poco indecisa, sin saber muy bien qué preparar y al final pensé que hechas de esta manera quedarían simpáticas.


  Yo es que disfruto un montón mientras las voy decorando y mi niño se va acercando de cuando en cuando para ver el resultado. Esos ojitos valen todos los millones del mundo, y ya esa sonrisita que le sale cuando las ve terminadas..., es que es "pa comérselo".


  No os digo nada cuando ya las ve envueltas con sus etiquetas, es el momento de felicidad extrema... para él... y para mí.


  Anda que no va contento el día que las lleva al cole y dice lleno de orgullo que las ha preparado su mami. De verdad que yo no sé si al final lo disfruta más él o yo...jejeje


  Y es que las que seáis madres me comprenderéis, cada cumpleaños recuerdo como si fuera ayer mismo el día que lo traje al mundo, cómo yendo hacia el hospital me encontré con unas cuantas compañeras que pensaban que iba a monitores y que no daban crédito cuando les decía que no, que yo iba de parto.


  La experiencia con Rafa no fue del todo agradable y temía que volviera a ocurrir, pero no, esta vez el parto discurrió con tranquilidad, fue realmente bonito, hasta mi marido se puso a llorar emocionado cuando por fin pudimos verlo después de la larga espera del embarazo.


  Desde entonces es la alegría de  la casa, el pillo, el que nos hace reír a cada momento sin darse cuenta, el que sabe cuándo es mejor callarse, el que cuando alguna vez tiene una rabieta es la más grande del universo universal, el cabezón al que le cuesta dar su brazo a torcer un mundo, el que sabe pedir perdón mejor que nadie, el que más besos da, el que cuando te abraza te hace sentir único,..., vamos mi pequeñín, y da igual cuántos cumpla, siempre será mi pequeñín.


  Así que no puedo hacer otra cosa que consentirle todo ese día, y en la medida en que podemos cumplir sus deseos e intentar que sea el niño más feliz del mundo. ¡¡¡Feliz Cumple cariño!!!


domingo, 21 de abril de 2013

Unas galletas para alegrar una Comunión.

  Pues como aseguré en la entrada anterior aquí estoy con una nueva entrega, en esta ocasión unas galletas para una comunión, y esta vez el chico iba de marinero, hoy precisamente debe estar teniendo lugar el gran evento.

  Esta vez me las pidió una mamá del cole para un sobrino suyo, y siempre me como el coco y me preocupo demasiado con estas cosas, pero es que me puede, quiero que quede perfecto, que no falte ni un detalle y que el homenajeado quede contento.


  Por regla general, a quienes nos gusta este tipo de repostería nos encanta que la persona o personas a quienes va dedicado no puedan evitar mostrar una sonrisa enorme cuando lo reciben. Es como si formara parte del trabajo.


  Si os fijáis en estos programas donde prepararan unas tartas espectaculares y preciosas, si tienen ocasión siempre nos muestran cómo reaccionan cuándo las ven los protagonistas. Yo creo que es el final perfecto para una historia que comienza con la planificación del diseño.


  Es gratificante cómo una idea que se forma en la cabeza con un futuro incierto, termina convirtiéndose en una realidad que es capaz de alegrarle el día a cualquier persona. Da igual que se trate de una tarta, de un cupcake o de una galleta, el resultado siempre es el mismo.


  Y si se trata de una niño..., pues entonces es aún mejor, son los menos exigentes y los más agradecidos del mundo.

  Yo alucino cuando es el cumple de alguno de mis hijos, porque la reacción de sus compañeros es digna de ver. En cuanto me ven en la puerta del cole, la mayoría viene corriendo a darme las gracias y decirme que están riquísimas.



  No me importa que últimamente las entradas del blog en las que os muestro repostería creativa tengan menos éxito entre vosotras, no sé cuál es el motivo, pero si soy sincera, a mí este tipo de retos me pone las pilas, así que continuaré preparando este tipo de cosas a pesar de todo.


  La receta en este caso es la receta sin huevo, me parece ideal, porque aunque que se estropeen las galletas es bastante difícil, el que no lleven huevo me deja más tranquila. Y así me dispuse a hornear 30 galletas para los peques que acudan a esa comunión, siempre añado alguna más, por la opción de que alguna se pueda romper, porque aunque el fin sea comerla, siempre gusta verlas enteras.

  En unos días os enseñaré otras que he preparado para el cumple de mi chiquitín, a él le ha encantado el resultado final y está deseando que llegue el viernes para llevarlas al cole.


  Este año no habrá tarta porque el sitio donde la celebra no dejan llevarla, pero no importa, habrá otra sorpresita, ya veréis. Besotes.

martes, 16 de abril de 2013

Roses Cake

 De nuevo he permanecido ausente, pero es que lo necesitaba, aún tengo ligeras molestias en la espalda pero ya, afortunadamente se pueden sobrellevar. Los últimos meses han sido algo duros con tanta enfermedad, hasta tuve una de esas migrañas con aura, de esas que no había tenido desde hacía años. Pero bueno, la suerte es que ya me encuentro mejor y empiezo a ponerme en funcionamiento de nuevo.


  Hacía mucho que tenía ganas de hacer una tarta de este tipo, pero lo cierto es que no había venido a cuento. Me encanta ver en Pinterest fotos con pasteles preciosos dedicados a bodas o eventos elegantes. Así que cuando convocaron un concurso para la Feria de Repostería que se celebraba en Málaga decidí que aunque no me viera con muchas posibilidades de ganarlo, bien merecía intentarlo, y como la ocasión la pintan calva, pensé que era el momento para preparar algo así.


  No he ganado el concurso, como yo veía venir, pero al menos me he quitado esa espinita y lo cierto es que yo he quedado la mar de satisfecha con el resultado. La tarta lleva más de 50 rosas hechas con pasta de flores, un trabajo intenso que me llevó varios días, porque claro una no se dedica a esto y hay que seguir cumpliendo con el resto de tareas que sí que son de obligado cumplimiento.


  En cuanto a la feria, aunque la gente se ha desecho en halagos, a mí particularmente no me entusiasmó demasiado. A ver, no es que esperara mucho del evento, sabía quiénes ocuparían los diferentes stands y no es cuestión de menospreciar a nadie porque además no tengo derecho a hacerlo, pero habría preferido que hubiera habido quien me aportara un poco más, y sinceramente yo no lo percibí así.


  Podréis pensar que soy muy crítica, pero ya sabéis que a mí lo de resultar políticamente correcta me la "refanflinfa", y si no me gustó por qué voy a decir que fue maravillosa e increíble, para quedar bien con quién???


  Me ha hecho gracia que los organizadores del evento se echaran flores comentando que se podían vender entradas en taquilla por la fluidez del público asistente, como si fuera fruto de su buenhacer. Os voy a contar lo que yo pienso, en una hora o poco más podías verlo todo y con detalle, por eso era fluido, no había mucho más que hacer a no ser que te hubieras apuntado a alguno de los cursos que ofrecían.


  Uno de los distribuidores era el que se llevaba la palma en ventas, los precios eran buenos y la gente que no es tonta pues compraba. El resto no digo que no vendiera, pero a ese nivel desde luego que no. Se podía ver casi lo mismo en cada stand que visitabas, y me dio por preguntar el precio de unas pajitas de papel de las bonitas (ya sabéis) y me cobraban 3€ por 5 pajitas, o sea 60 céntimos por una, cuando las puedes comprar por una media de 15-20 céntimos cada una en diferentes páginas web.


  Por otro lado yo soy de las que va a mi bola, y me agobia un poco que vengan corriendo a decirme que qué deseo, me gusta tomarme mi tiempo y sopesar, y aunque algunos no te dijeran nada te miraban fijamente mientras observabas sus productos, yo no sé a vosotras pero a mí eso me da mal rollo, no lo puedo remediar. Aunque imagino que eso debe pasar bastante a menudo en este tipo de ferias.


  La verdad es que es a la única a la que he acudido y no puedo comparar, con dos peques y el trabajo me resulta imposible ir de feria en feria. Y ese es el motivo por el que acudí a pesar de no ilusionarme demasiado desde el principio, para una vez que tenía la oportunidad y que encima estaba cerquita de mi casa me parecía que al menos se merecía una oportunidad.


  Y lo cierto es que si vuelven a hacer otra volveré a asistir, aunque sólo sea por el hecho de que puedo hacerlo. Lo de presentarme a algún concurso no lo sé, eso ya depende del tiempo del que disponga, esta vez aunque iba justita podía permitírmelo.


  Bueno, pues ya os he contado un poco cómo ha sido este tiempo de ausencia y alguna cosa de las que ha hecho. Ya tengo por ahí alguna galleta preparada para enseñaros y tengo otras en curso, así que poquito a poquito iremos arrancando el motor del blog de nuevo. Muchos besotes.


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