lunes, 29 de junio de 2015

Minions Cookies

  Bueno, pues ya tocaba hacer una entradita con estas galletas. Fueron un encargo especial de DonRi  (Don Ricardo), así es como lo llaman a este profe los chicos en el colegio, a mis hijos nunca les ha dado clase, pero eso no importa, es de esas personas que, a poco que conozcas, le coges cariño. Así que a pesar de que han sido unas semanas moviditas con muchos trabajitos -a parte del mío de verdad-, pues cuando me pidió estas para sus gemelos no pude decirle que no.


  Intenté que fueran especiales, así que cada una la hice con una carita diferente, cada vez que puedo lo hago así, y normalmente quienes las reciben aprecian mucho ese detalle. Claro que es más fácil coger 3 o 4 modelos de caras y acabar más pronto, pero ya no es lo mismo.


  En las últimas entradas os estoy hablando mucho del postureo y seguro que muchas no entendéis el por qué de esta obsesión, os explico, es que últimamente me he topado constantemente con personas a las que les encanta hacerse de notar, sea cual sea la situación, aunque esté fuera de tono por completo.


  Por ejemplo a la hora de entregarle los libros y la tarta a los profes, pues una madre pretendía hacer una ceremonia que a mí se me asemejaba a la entrega de los Premios Nobel, pero no por hacerlo mejor con los profes, sino por estar allí en primera fila y poder recibir unos agradecimientos que no se merecía. 


  Para poder hacer esto, encima, se dedicó a ignorarme por completo cuando simplemente por el hecho de hacer la tarta había sido yo quien había tenido que hablar con el Jefe de estudios y con el Subdirector del colegio para poder organizarlo todo y que los profes tuvieran el homenaje que se merecían. Así que intentaba provocar revuelo en el chat de madres para que quisieran ir otras y así salirse con la suya.


  Tanto el Jefe de estudios como yo pensamos que era un momento que debían disfrutar los profes y los chicos y que las madres pintábamos poco o nada en esa celebración. Los chicos no iban a comportarse con la naturalidad con la que lo hicieron, y los profes pues seguramente se hubieran sentido violentos y no lo hubieran disfrutado igual.


  Para colmo no paró de hacer agravios comparativos entre los profes, siempre intentando hacer destacar a uno por encima del otro, y a mí que alguien aproveche esta ocasión para hacer algo así en nombre de todas las madres me parece una cobardía, si uno tiene que decirle algo a alguien pues va y lo dice, y no se esconde en algo que en esa ocasión nos representaba a todas las familias.


  Pero esto es como todo, igual que cuando le dieron el premio de los postres a esa madre inmerecidamente, desde entonces tanto el Director como el Subdirector se han desecho en disculpas y excusas, la verdad, poco creíbles, y por qué, pues para poder darle su minuto de gloria a esta mujer, ellos sabrán por qué.


  Pues esto pasa constantemente, se encuentra una cada día con muchas señoras (normalmente se trata de mujeres), demasiadas, en cada trabajo, en cada clase,..., en cada lugar, siempre hay una de estas personas a las que les encanta ser el centro de atención, seguro que a las que estáis leyendo esto se os viene alguien a la cabeza.


  Hace un tiempo yo era más pasota con este tipo de cosas, pero se ve que los años me hacen más beligerante en este sentido, y si me afecta a mí directamente, pues la coloco en su sitio, si no, pues que se la coma la que le toque si no quiere decir nada. Yo no soy de esas personas que van a hacer daño a otra por el simple hecho de hacerlo, aunque me parezca un suplicio aguantarla, pero también os digo que no me toquen, porque si lo hacen reciben, ya está bien, que se salgan con la suya cuando se trate de otra si la dejan, conmigo no.


  Y es que a este tipo de personas siempre les gusta lucirse pisoteando a otras, lo curioso es que cuando salen en alguna conversación por el motivo que sea, casi todos ponen mala cara y hablan mal de ellas, que digo yo, que si supieran lo mal miradas que están realmente...pues terminarían de hundirse, porque en el fondo son unas pobres desgraciadas llenas de complejos que quieren encubrir con un reconocimiento público que encima no se merecen. Allá ellas y sus complejos.


  Don Ricardo no es de esos, es de los que tienen hasta cara de buena persona y un corazón de oro, y por gente como esa, una que está aquí hace lo que haga falta, de ahí que no me importara hacer un pequeño esfuerzo más para que a sus pequeños no les faltaran sus galletitas de Los Minions. A sus niños y a los invitados a la fiesta les encantaron, espero que a vosotras también. Hala, ya he "desfogao", que a gusto me estoy quedando últimamente...jajaja. Besotes para tod@s.  

1 comentario:

  1. Las galletas una verdadera obra de arte y el texto no tiene desperdicio. Una no, con muchas así se tropieza una en la vida. Totalmente de acuerdo y tienes razón con la edad dejamos de callarnos ciertas cosas. Un abrazo.

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